¿Qué es la disciplina positiva?

Antes de comenzar a formarme en disciplina positiva, orientación familiar y apoyo a familias en la crianza, admito que cuando escuchaba el término “disciplina positiva”, pensaba que consistía en ser demasiado permisivo.
Obviamente, estaba equivocada y esa era una idea preconcebida, un prejuicio sin fundamento. Poco a poco, al aprender sobre inteligencia emocional y la importancia de crear una conexión con los hijos, en lugar de enfocarme en imponer lo que espero de ellos o en lo que me gustaría que fueran, mi perspectiva cambió.

Ahora, después de algunos años, me doy cuenta de que muchas personas tienen esa misma idea errónea sobre la disciplina positiva. En este post, quiero explicar qué significa realmente este concepto y por qué es importante que las familias comprendan en qué consiste, ya que existen muchos mitos y falsas creencias al respecto.

Para empezar, creo que la disciplina positiva es la forma en la que todos hubiéramos querido ser educados de niños. La mayoría de nosotros creció bajo un estilo de crianza autoritario, no porque nuestros padres fueran malos o quisieran hacernos daño, sino porque ellos creían que estaban educándonos correctamente, tal y como los educaron a ellos. Sin embargo, eso implicaba, muchas veces, una educación basada en el miedo. Hoy en día, muchos padres y madres buscan una forma de educar más flexible o "suave", aunque eso tampoco representa necesariamente a la disciplina positiva.

Lo que está claro es que el equilibrio es fundamental; ningún extremo es bueno. La disciplina positiva ofrece herramientas para educar con respeto y firmeza, sin caer en la permisividad ni en el autoritarismo, logrando un desarrollo emocional sano y una conexión sólida con nuestros hijos e hijas.

Dicho esto, voy a pasar a definir en qué consiste, se trata de educar de forma respetuosa que no permisiva. Cuando queremos inculcar algo a nuestros pequeños podemos hacerlo de varias formas, por ejemplo digamos que queremos que se coman las verduras y todos los días que hay verduras tenemos problemas, rabietas, enfados etc. lo que se dice un show en casa.
Podemos obligarles a comerse las verduras, con amenazas, gritos e intimidación que sería el estilo autoritario. Podemos mirar hacia otro lado y quitárselas del plato para evitar el berrinche o podemos hacer lo siguiente:

Explicarles la importancia de comer verduras de manera sencilla y hacer del momento una experiencia positiva. Por ejemplo, diciendo “Las verduras te ayudan a crecer fuerte y sano. ¿Quieres que hoy las preparemos de otra forma que te guste más?” También podemos ofrecer opciones, como decidir juntos entre dos tipos de verduras o integrarlas en una receta divertida. A los niños y niñas les encanta cocinar y ayudar en la cocina, además de dedicarles un ratito de atención estamos incluyéndoles en la elaboración del plato, lo cual les hará al menos tener ganas de probarlo, ya que han ayudado a elaborarlo.

Este estilo fomenta la cooperación y permite que el niño participe en el proceso de una forma respetuosa. No se trata de “ceder” para evitar conflictos ni de ser inflexibles, sino de ofrecer una guía consistente y cariñosa que ayude al menor a sentirse seguro y respetado.
Desde el principio les estamos diciendo que las verduras se las van a comer pero lo estamos haciendo desde una postura positiva en lugar de la imposición porque si y punto.

La disciplina positiva no utiliza castigos ni recompensas como motivación. En cambio, utiliza métodos como la redirección, el ejemplo y el diálogo para enseñar a los pequeños las consecuencias naturales de sus acciones. Si un niño hace algo inapropiado, se le ayuda a entender el impacto de su comportamiento y a encontrar una solución, promoviendo su autonomía y el desarrollo de sus valores internos.

Al tratar a los niños con respeto y al validar sus sentimientos y necesidades, la disciplina positiva fomenta la autoestima y la confianza en sí mismos. Los niños aprenden que sus emociones son importantes y que pueden expresarlas de manera segura, lo que les ayuda a construir relaciones saludables y a desenvolverse mejor en diferentes contextos.

Por supuesto podemos conseguir imponerles las cosas pero a qué precio, yo personalmente pongo por delante la relación y la conexión con mis hijos que el que obedezcan de inmediato.

Espero que esto os ayude a comprender un poco mejor el concepto y a encontrar un modelo de crianza respetuoso, que siempre marque límites claros desde el cariño.

Un abrazo,
Cris 








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