Fomentando seguridad y autonomía en l@s hij@s.


Como sabéis soy directora de un centro educativo y desde hace tiempo intentamos inculcar en nuestro alumnado valores importantes como el respeto, el compañerismo, la empatía y la responsabilidad.

Una norma que tenemos en el centro desde hace ya varios años es que una vez que el alumnado ha entrado al centro, las familias no pueden acudir durante la mañana a traerles ningún tipo de material, deberes ni tareas olvidadas. Esta norma surgió porque hace años los conserjes se pasaban la mitad del día entregando libros olvidados, los deberes que se ha dejado el niño encima de la mesa, el estuche o la cartulina necesaria para el trabajo de plástica del día. Esto era algo normal a diario hasta que un día decidimos cambiarlo. Por supuesto siempre les aceptamos los desayunos porque no queremos dejar a ningún alumno o alumna sin comer pero en el tema de los materiales somos tajantes.

Esta semana hemos tenido un incidente con una madre que venía a entregar una tarea que su hija debía entregar ese día. Yo sabía de que se trababa porque llevamos a cabo un proyecto en el colegio y justo ese día era la fecha tope de entrega de dicha tarea. El plazo de entrega se puso en conocimiento del alumnado con más de un mes de antelación por lo que estaban mas que avisados y tenían tiempo de sobra para organizarse.

En cuanto le dije que lo sentía mucho pero que no podía hacer entrega del material empezó a buscar todo tipo de excusas; como que no era una tarea o que ella sabía que otras familias entregaban cosas durante la mañana etc. Puse en práctica la técnica de las 3 veces y le dije que sintiéndolo mucho no podía acceder. Ella se indignó tanto que su respuesta fue "pues me llevo a mi hija a casa". 

La verdad es que me sorprendió un poco pero le dije que estaba en su derecho de llevarse a su hija. 

Intenté explicarle que los niños y niñas deben aprender a ser responsables de sus tareas y no depender de sus padres o madres, porque de lo contrario no les estamos ayudando.

Comenzó a llorar y decidió no llevarse a la niña pero a la hora del recreo le dio la tarea a través de la valla.

Esta situación no es algo aislado, se ve bastante a menudo en el colegio como los padres y madres se esfuerzan porque sus hijos e hijas no fallen, en resolverles los problemas, en justificar su conducta. 

No es más que un aprendizaje, si no les permitimos caerse cuando son niños se caerán cuando sean adultos y ¿qué pasará cuando no haya nadie para ayudarles? La caída será más grave ,porque nunca antes se habrán enfrentado a ella. 

A tolerar la frustración se aprende poco a poco desde la infancia, la vida está llena de situaciones en la que sufrimos y mi objetivo es que mis hijos y mi alumnado aprendan ahora para estar preparados para la vida en el futuro.

¿Y tú que opinas? Te leo

Un abrazo, 

Cris


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