Manteniendo la calma
El otro día, una compañera de trabajo y amiga me pidió que hablara sobre
un tema que la tenía muy agobiada, y creo que es algo que nos preocupa a
todos los padres y todas las madres en algún momento determinado.
¿Cómo manejar nuestro propio estrés cuando los niñ@s hacen algo
que nos saca de nuestras casillas o, por ejemplo, cuando tienen cambios
de humor que no entendemos?
Mi amiga, en concreto, me preguntaba cómo podía mantener la calma ante los cambios
hormonales de su hija debidos a la preadolescencia. "Un día está feliz,
otro día llora sin motivo", me pone muy nerviosa"
Esto, sin duda, desconcierta a cualquiera, pero debemos tener en cuenta que a ellos y ellas también, ya que no comprenden sus propios cambios de humor o de ánimo.
Creo que es importante restarle importancia y explicarles que es
totalmente normal el cambio que están experimentando y que poco a poco
irá pasando.
En la escuela de familias tratamos este tema y nos dieron una herramienta para gestionar nuestro propio estrés. Yo intento aplicarla siempre que me acuerdo y la verdad es que he notado que ya no me afecta tanto o que mantengo la calma con más facilidad que antes. Hasta mi hijo mayor me ha dicho que últimamente no me enfado tanto, lo cual para mí es un logro.
Hoy te propongo hacer este ejercicio conmigo.
Coge lápiz y papel y haz
una lista del 0 al 10. En el 0, nos vamos a imaginar haciendo algo
realmente placentero y muy relajante. Para mí, sería estar tumbada en la
playa, sintiendo el sol en el cuerpo y escuchando las olas del mar.
Ese, sin duda, sería mi 0.
El 5 sería algo que hacemos de forma automática, como cocinar, planchar o conducir, no hace falta estar concentrados en nada, lo hacemos de forma inconsciente y estamos relajados.
En el 10 imaginamos la peor situación de nuestra vida, cuando hemos perdido los nervios por algo que nos ha dolido mucho o tras una pérdida importante, el 10 simboliza el caos total y la pérdida de control de nuestras emociones.
En esta escala del 1 al 10, veremos reflejados estados de ánimo según la
intensidad. Si estamos teniendo una conversación con nuestros hij@s y de
repente notamos que estamos subiendo del 5, debemos estar atentos,
porque cuando estamos en el 7, tenemos que parar.
Una vez que pasamos del 7, vamos a decir cosas de las que nos podemos
arrepentir y estaremos entrando en un estado en el que perdemos el
control de nuestras emociones. Así que, si somos conscientes de estar
entrando en este estado, lo mejor es cortar la comunicación, marcharnos a
otra habitación de la casa o incluso irnos a dar un paseo. También
podemos hacer lo mismo si vemos que es nuestro hijo o hija quien pierde
la calma. En un estado de enfado, no se ven las cosas con claridad y
cualquier cosa que hagamos o digamos en ese momento nos puede pasar
factura después.
Cuando entramos en la etapa de la adolescencia, esto puede suceder
varias veces al día. A mí me pasa con mi hijo y generalmente, haciendo
esto, evito grandes discusiones. Intentamos hablar siempre cuando
estamos calmados y cuando vamos subiendo de nivel, paramos para retomar
el tema cuando estemos de nuevo en el 5. Puede parecer complicado, pero
si empezamos a usarlo poco a poco, sale de forma inconsciente y de esa
manera, además de controlar nuestras emociones, también estaremos
enseñando a nuestros hijos e hijas a hacerlo.
Lo importante es hablar desde la calma con respeto y siempre
escuchando a la otra parte.
Algunos pueden pensar que estamos dejando que el adolescente se salga con la suya en ese momento, pero no se trata de ganar, se trata no perder el control. Cuando un niño o niña ve que perdemos el control sabrá perfectamente qué hacer o decir para sacarnos de nuestras casillas, eso se llama manipulación. Debemos intentar que no nos vean perder el control, de lo contrario seremos vulnerables más adelante.
Con esto no quiero decir que nunca pierdo los nervios o que nunca tengamos discusiones pero desde que lo estamos aplicando las discusiones son muchas menos y la comunicación es mejor.
Todo esto es un aprendizaje y lleva su tiempo, pero sin duda estamos en el camino adecuado.
Muchas veces después de un día estresante hacen cualquier cosa y reaccionamos de una manera de la que luego nos arrepentimos. Entonces nos invade la culpa, a mi por lo menos.
Me ayuda mucho saber que me estoy esforzando por cambiar y mejorar. Sabemos que somos modelos para nuestros hijos e hijas, y como nos comportemos ahora será lo que ellos aprendan y, en consecuencia, influirá en su comportamiento futuro.
Hay muchas técnicas para manejar el estrés y nuestro estado emocional, pero esta me parece sencilla y a mi me funciona, te animo a probarla.
Por supuesto se puede aplicar a cualquier ámbito de nuestra
vida, con otros miembros de la familia, amigos, compañeros de trabajo, etc...
Espero que te sirva y si te apetece me cuentes cómo te ha ido.
Te leo.
Un abrazo,
Cris
PD. Os dejo un vídeo de mi canal sobre este tema.
Hola! Me lo guardo, y lo voy a aplicar en casa, es una herramienta muy simple que nos puede ayudar mucho. Gracias!!
ResponderEliminarPues me alegro mucho, a mi me ha servido y la sigo usando y la verdad es que cada vez es más fácil. Gracias por tu comentario Rosanna :)
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